martes, 14 de septiembre de 2010

Patricia Hakim me hace una indicación muy oportuna: La idea es construir y que a uno lo puedan seguir. No quiero llegar a temer de que el quiebre pueda ser tan significante de que no se constituya un espacio generador. Con sutileza me sugiere que disiente de la actitud conductiva que pretendiera dirigir a la gente hacia lo que "nos avergüenza o indigna cuando las posibilidades de lo reprimido pueden ser otros rumbos". Magnífico. Lo que tenemos que intentar es atravesar lo que nos avergüenza y ser capaces de asumirnos en planos renovadores. Porque, ciertamente, para construir no basta con de-construir o tener, como se decía antaño, "autoconciencia crítica" sino que hay que saber, a la manera nietzscheana, ser leves, esto es, aprender a reir. Ojalá el taller evite la académica "actitud provocadora" para propiciar la mejor de las provocación, aquella que invoca y da espacio a lo inaudito. Acaso aprender a escuchar sea aprender a aprender.

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