miércoles, 15 de septiembre de 2010

Podemos pensar, con Gombrowicz, en nuevas formas de bancarrotas y derrotas o pensar una belleza destartalada, como la que reconocía Jean Genet: una belleza sucia, inferior y perseguda por así decirlo. "Todo arte -según el escritor polaco transterrado en Buenos Aires-, en general, roza la derrota, el ridículo, la humillación". Cuando la forma lo ha comprometido todo, lo único que se puede salvar es la infamia.

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